La Legislatura Porteña reconoció a Horacio Pagani como personalidad destacada de la cultura.
Arte, pasión, perseverancia, esfuerzo y sueño fueron las palabras que más se escucharon durante el homenaje que la Legislatura Porteña le brindó el diseñador y empresario argentino Horacio Pagani, quien fue reconocido como personalidad destacada de la cultura.
El proyecto fue impulsado por la legisladora Sandra Rey, vicepresidente de la Comisión de Cultura de la Legislatura. Fue la propia diputada quien realizó una breve reseña de la trayectoria de Pagani, desde su infancia en Casilda, cuando reproducía a escala con madera balsa, lata y yeso los autos con los que soñaba, hasta su llegada a Italia, su paso por Lamborghini y la creación de Pagani Automobili.
El evento se desarrolló en el Salón Dorado adonde asistieron personalidades como el diseñador Pedro Campo y el humorista Luis Landriscina, además de legisladores, autoridades del Automóvil Club Argentino y el embajador de Italia en Argentina, Fabrizio Lucentini.
Luego de una emotiva interpretación de la cantante lírica Tahyana Perret, hablaron distintos invitados como Eugenio Cuttica, artista plástico y coleccionista de autos, y el empresario, Jorge Gómez. Cuttica puso el énfasis en la condición de artista de Pagani y en los autos clásicos como piezas de arte, mientras que Gómez contó cómo hizo para convertirse en el primer latinoamericano en adquirir uno de los hypercar fabricados en Módena. El empresario de La Matanza recordó su viaje a Italia donde probó el Zonda que después compraría y con el que lleva recorridos más de 100.000 kilómetros. Ese Zonda fue solo el primero, Gómez compraría otros 3 Pagani y va por el quinto. Pasaron casi 20 años y la relación fabricante/cliente mutó en una gran amistad.
“Voy a ir a Módena a construir mí auto”
Tras la participación de los invitados, llegó el momento de escuchar a Pagani. El formato elegido no fue el tedioso discurso leído sino una entrevista más informal realizada por la legisladora Rey. Con humildad, sencillez y visiblemente distendido, el diseñador argentino respondió todas las preguntas.
Así recordó su “encuentro” trascendental hace más de 50 años con el gran Leonardo Da Vinci leyendo un artículo en una revista donde aprendió que “el arte y la ciencia caminan mano a mano”, un principio que lo marcó de por vida y que lo sigue guiando en la actualidad.
A diferencia de otros diseñadores y profesionales que emigraron por falta de oportunidades en el país, de muy joven Pagani sabía que su futuro estaba en el norte de Italia, en una ciudad donde se fabricaban los más importantes autos deportivos del mundo. “Voy a ir a Módena a construir mí auto”, le dijo premonitoriamente a su madre un Horacio adolescente.
Con esa actitud encaró su carrera. Aunque intentó estudiar Diseño Industrial en La Plata e Ingeniería en Rosario, el empresario argentino confió en su propio talento e intuición y se formó con una profusa lectura de libros técnicos y de arte.
Su ídolo Oreste Berta no solo lo inspiró sino que fue quien lo puso en contacto con Juan Manuel Fangio. El quíntuple campeón lo recibió en su oficina donde Pagani le mostró sus trabajos y proyectos. Deslumbrado por su talento, Fangio le confió: “hice muchas cartas de presentación, pero es la segunda vez que hago una de recomendación”. Fue su pasaporte a Italia para un viaje sin escalas que sigue sumando millas de tecnología, sensualidad, belleza y potencia puestas al servicio de la velocidad.
Eludiendo dar consejos, el creador del Zonda, Huayra, Imola y Utopía concluyó en modo auto-referencial y sostuvo que “cuando uno tiene un sueño lo tiene que respetar. Es fundamental la disciplina, la pasión y no caerse. Seguir la intuición y creer en el sueño hasta el último respiro”.
