El primer escalón de Citroën

Probamos el Citroën C3

Probamos el Citroën C3, el más chico de los vehículos de la marca francesa. Diseño, consumo y habitabilidad son sus principales valores para recuperar la presencia en el segmento donde Citroën tuvo un tradicional protagonismo.

El Citroën C3 es el automóvil más chico que la marca del doble chevrón comercializa en nuestro país. Es, además, el más accesible de toda su línea y el de más reciente aparición. Fue presentado en octubre de 2022 con el precio más bajo del mercado nacional y un plan de ahorro con la cuota más baja.

Fabricado en la planta brasileña de Porto Real, el nuevo C3 pertenece a la tercera generación de un modelo que fue lanzado originalmente en Europa en 2001. Sin puntos en contacto con la versión europea, el C3 fue desarrollado especialmente para la región como primer escalón del proyecto C-Cubed que prevé el lanzamiento de otros dos vehículos gestados a partir de la plataforma CMP (Plataforma Modular Común) que serán fabricados y comercializados tanto en Sudamérica como en la región Asia-Pacífico. El segundo paso del proyecto es el SUV C3 Aircross, recientemente revelado en San Pablo (ver nota), que se fabricará tanto en Brasil como en India, y el tercero un sedán que está previsto para 2024 y que también será fabricado en la planta de Porto Real.

Por su longitud, el Citroën C integra el segmento B (entre 3.750 y 4.200 mm.), pero por su mayor altura (1.586 mm) y despeje (180 mm) se ubica en una zona intermedia entre un hatchback de cinco puertas y un SUV.

Probamos el Citroën C3
Un hatchback con señales de SUV, como la altura y el despeje.
Diseño, el diferencial de Citroën

Retomando una buena tradición de la marca, el Citroën C3 se distingue de sus rivales por la personalidad de su diseño que si bien apela a recursos estilísticos de sus hermanos mayores, como el C4 Cactus (ver nota) y el C5 Aircross, no renuncia a una buena dosis de originalidad.

El frontal se emparienta con el C4 Cactus por la disposición y distribución de los elementos lumínicos en dos alturas diferenciadas. La superior para las luces diurnas y la inferior para los faros principales. Dos barras gruesas, en terminación gris satinado, conforman una falsa grilla; en el centro se quiebran para dar forma al tradicional doble chevrón y en sus extremos se extienden para integrarse con las luces diurnas (halógenas en esta versión) y los faros principales. La grilla verdadera está integrada en el centro del paragolpes y dividida por el espacio donde se aloja la placa patente. En el lateral, en cambio, el quiebre superior e inferior de las ventanillas de las puertas traseras y el parante C son un guiño estético al C5 Aircross.

Probamos el Citroën C3
Cintura alta y capó plano definen el perfil del Citroën C3.

Logrado el aire de familia, el C3 registra como rasgos personalizados detalles que le otorgan una identidad propia como las molduras en los extremos superiores de los guardabarros traseros y delanteros que se integran con las luces envolventes, en especial en las traseras en formato “C”. Estas molduras, combinadas con la elevada cintura, el capó plano y las molduras inferiores de las puertas aportan una imagen de mayor robustez a la vista lateral.

Probamos el Citroën C3
Los dos planos luminicos del frontal se inspiran en el C4 Cactus.
Austeridad funcional

Probamos la versión Puretech 82 Live Pack, que por su nivel de equipamiento y terminación integra el segundo nivel de una escala ascendente de siete versiones. Está equipada con un motor de tres cilindros de 1.199 cc, que entrega 82 cv a 5.750 rpm, acoplado a una caja manual de cinco velocidades. En las versiones superiores (FEEL AM22, FEEL PACK AM22 y VTI 115 First Edition) está disponible el propulsor de 1.587 cc y 115 cv, también acoplado a una transmisión de cinco relaciones o automática de seis.

Al subirnos, la primera sensación fue de sorpresa por la altura de la posición de manejo, una primera evidencia del “blend” hatchback/SUV. La altura del asiento del conductor es regulable y, una vez ajustada la posición correcta, todos los controles quedan al alcance de la mano. El parabrisas “verticalizado” resulta no invasivo y facilita la buena visibilidad del entorno.

Probamos el Citroën C3
Interior funcional con controles al alcance de la mano. El reducido tamaño del tablero contrasta con la pantalla de 10″.

El habitáculo denota austeridad. Las teclas ciegas del lado izquierdo del volante y de la parte inferior izquierda del panel dan cuenta de la ausencia de algunas funciones y equipamientos disponibles en las versiones de mayor precio. Los levantavidrios eléctricos solo actúan sobre las ventanillas de las puertas delanteras.

El panel de instrumentos es pequeño y contrasta con la pantalla multimedia de 10 pulgadas que parece de un auto de una categoría superior. La información del display del instrumental está limitada al velocímetro, odómetro (puede mutar a parcial y a indicador de consumo promedio, entre otras funciones), indicadores de nivel de combustible y temperatura y testigos luminosos.

A pesar de la austeridad, el habitáculo refleja la intención de diseño en cada detalle, desde las salidas de rejillas de ventilación con bordes cromados a la textura del extremo derecho del tablero. Los apoyabrazos y tiradores de las puertas son de diseño similar a los del C4 Cactus.

Probamos el Citroën C3
Amplio espacio para los ocupantes de las plazas traseras.

Hay espacio para guardar objetos en los paneles de puerta, en la consola central del tablero y en una pequeña consola ubicada detrás de la palanca del freno de estacionamiento.

Uno de los ítems más destacados del interior es la altura y el gran espacio para las piernas de los ocupantes de los asientos traseros. Un punto a mejorar es la ausencia de apoya pie, un detalle necesario para reducir el cansancio en los viajes largos.

El baúl de 315 litros es uno de los más grandes de la categoría, extensible a 788 litros con los asientos traseros rebatidos. Cuenta con una práctica bandeja de goma, un buen detalle que facilita y mantiene la limpieza del espacio de equipaje.

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Con 315 litros, el baúl es uno de los más grandes de la categoría.
Bajo consumo

En materia de seguridad y ayudas a la conducción, el Citroën C3 dispone de frenos ABS con REF (Repartidor Electrónico de Frenado), control de estabilidad (ESP), control de tracción (ASR) y ayuda al arranque en pendiente. Los airbags son solo frontales para conductor y pasajero. Entre los elementos de confort de esta versión se destaca la dirección asistida eléctricamente y el aire acondicionado.

La terminación del exterior es coherente con la sencillez que encontramos en el interior. En el lateral la ausencia del “airbump” fue ocupado por una gráfica adhesiva de diseño informal que se replica en la moldura central del techo. Esta versión incluye llantas de acero con embellecedores plásticos en terminación negro que contrastan con el Blanco Banquise que luce la carrocería de la unidad que probamos.

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El motor de 1,2 litros entrega 82 cv y ofrece un muy bajo consumo.

El motor de 1,2 litros, de concepción contemporánea, es otro de los ítems que suma mucho valor al C3. Logra un apropiado equilibrio entre prestaciones y consumo para un auto chico, de precio accesible. Permite crucerear sin mayor esfuerzo a 120 km/h y ofrece un bajo consumo. En ruta, alternando velocidades entre 80 km/h y 120 km/h, el consumo promedió 5,6 litros cada 100 km/h. En los 15 kilómetros de tramo urbano que transitamos para devolver el auto en la planta de Caseros de Stellantis, el consumo registró un interesante valor de 7,7 litros cada 100 km/h.

El Citroën C3 se ofrece con una garantía de 3 años o 100.000 km. Su precio, el bajo consumo, la originalidad de su diseño y la habitabilidad son atributos destacados para convertirlo en un protagonista destacado de su segmento.

Probamos el Citroën C3
Amplio portón trasero facilita las tareas de acceso al espacio de equipaje.
Probamos el Citroën C3
La gráfica autoadhesiva ocupa el lugar del «airbump». Los faros con forma de C se integran con la moldura del guardabarros trasero.
Probamos el Citroën C3
Dos barras gruesas simulan un grilla superior y se integran con las luces diurnas y faros principales.
Probamos el Citroën C3
Tablero con un dipslay chico y de información básica. La textura en el extremo del panel y las rejillas de aireación evidencian una clara intención de diseño.
Probamos el Citroën C3
La gráfica en la moldura del techo complementa a la del lateral.

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