Por gentileza de FCA Automobiles Argentina probamos el Jeep Compass, el SUV mediano de la legendaria marca off road.
El Jeep Compass integra el segundo escalón de la variada gama de productos Jeep que se comercializan en Argentina si consideramos sus tamaños y prestaciones. Se ubica entre el Renegade y el Wrangler y, si tomamos el segmento SUV, por detrás del Cherokee y Grand Cherokee.
Para quien no esté familiarizado con los modelos Jeep, es muy fácil confundir en una primera mirada al Compass con el Grand Cherokee, en particular por la vista frontal, pero las diferencias de motorización y dimensiones son notorias. Por lo pronto, el Grand Cherokee, con sus 4828 mm de longitud, aventaja al Compass en más de 300 mm (4394 mm). Esta diferencia se refleja claramente en el volumen de carga y en el diseño del lateral, donde el tamaño de la tercera ventanilla lo evidencia.
Si comparamos las motorizaciones, los contrastes son más contundentes. El Grand Cherokee, en sus versiones Limited y Overland, está impulsado por un 3.6L V6 Pentastar de 285 cv contra el más modesto 2.4 Tigershark de 174 cv que moviliza al Compass en todas las versiones.
El Jeep Compass que se comercializa en Argentina se fabrica en la planta brasileña que FCA erigió en 2012 en Pernambuco. Este SUV compacto de Jeep fue presentado en nuestro medio en 2017 y desde entonces se han comercializado más de 6.000 unidades. En septiembre pasado recibió una actualización que mejoró el equipamiento de las opciones de entrada de gama. El Compass se ofrece en las versiones Sport, Longitude, Limited y Limited Plus. Esta última, la más equipada, es la que tuvimos la posibilidad de probar.
Retiramos el Compass en las oficinas de Catalinas de FCA con el plan de realizar un extenso recorrido que incluiría tramos urbanos, ruta y playa. La unidad que nos prestaron lucía un impactante Jazz Blue, uno de los ocho colores disponibles para esta versión.
La primera sensación que uno percibe al subir a uno de estos vehículos es de confort y poder, aunque, como mencionamos anteriormente, no se trata de un modelo de altas prestaciones. La posición de manejo elevada marca una sensible diferencia en relación a un automóvil de pasajeros. Por empezar, se ve donde termina la trompa. Y eso se traduce en una mayor confianza sobre el control del vehículo, al menos, nos da una clara referencia visual de donde estamos parados en relación al entorno.
Con una altura de 1650 mm y un ancho de 2033, el habitáculo ofrece capacidad para cinco pasajeros y un volumen de carga de 390 litros extensible a 1181 litros al rebatir los asientos traseros.
La puesta en marcha se realiza a través de un botón de encendido/apagado sin llave (keyless). Uno de los elementos sofisticados de esta versión (también disponible en la Longitude) es el techo solar panorámico eléctrico con apertura regulable del cristal y de la cortina eléctrica (black-out) que permite ajustar el paso de la luz exterior.
Una vez sentados, se ajusta la posición más adecuada de manejo a través del volante regulable en altura y profundidad y la butaca del conductor con regulación eléctrica en ocho direcciones.
El habitáculo nos hace recordar al de la Fiat Toro (ver test), son muy similares tanto sus asientos de cuero como el instrumental. Una de las mejoras que encontramos en relación al producto de Fiat es el tamaño de la pantalla del sistema multimedia Uconnect de 7” que facilita tanto su operatividad como su visualización.
El equipamiento incluye cámara trasera de estacionamiento, sistema de audio de 8 parlantes + subwoofer, climatizador automático bi-zona y conectividad compatible con Apple y Android. Un detalle exclusivo de la versión Limited es el tomacorriente 220V.
Diseño Jeep
El diseño exterior muestra el esfuerzo realizado en lograr un aire de familia (family feeling) con los modelos de dimensiones mayores. El foco fue puesto en el frontal para reflejar la tradicional identidad Jeep caracterizada por las barras verticales de la parrilla. Allí y en el lateral están las mayores semejanzas con el Grand Cherokee, como señaláramos previamente. Pero la menor distancia entre ejes y longitud le dan la ventaja al Compass para lograr un perfil más dinámico y atractivo. Las líneas de carácter del lateral y la línea de cintura, que se quiebra en la puerta trasera para rematar con la pequeña tercera ventanilla, agilizan su imagen con un recurso estilístico compartido con el Renegade, el menor de los Jeep.
La personalidad se acentúa con las exclusivas llantas de aleación sobre las que se calzan los neumáticos de 235/45 R19.
El Limited Plus ofrece un techo en negro que se extiende en el parante delantero y en el portón trasero. El contraste cromático se refuerza con una ancha moldura cromada que lo separa del resto de la carrocería.
Equipamiento exclusivo
El Jeep Compass, en la versión Limited Plus, ofrece un equipamiento exclusivo que se traduce en mayor comodidad y seguridad. En este último punto se destacan dos ítems que ayudan al conductor a mantener un mejor control del vehículo y evitar accidentes: la asistencia de cambio de carril y el sensor lumínico y sonoro de punto ciego. En el primer caso, el sistema detecta que el vehículo se está desplazando sobre la línea de demarcación del carril y hace vibrar levemente el volante a la vez que corrige la trayectoria. Por su parte, el sensor lumínico de punto ciego se activa sobre los espejos laterales y nos alerta sobre la presencia de un vehículo que está fuera de nuestro campo visual.
Estos dispositivos se combinan con el asistente de frenado automático pre-colisión y el alerta de tráfico cruzado.
Entre los ítem que suman comodidad, merecen destacarse la apertura automática del baúl, el asistente de estacionamiento semi-automático (Park Assist®) y el encendido remoto.
Motorización
Como se mencionó previamente, el Compass está equipado con el motor 2.4 Tigershark de 2360 cc que eroga una potencia de 174 cv a 6400 rpm y ofrece un torque de 229 nm a 3900 rpm. En las versiones Limited y Limited Plus, el propulsor se combina con una transmisión AT9 de nueve relaciones.
La suspensión es independiente, de tipo McPherson, tanto en el eje delantero como en el trasero. Los frenos son a disco; ventilados los delanteros y sólidos los traseros.
Vamos a la playa
Por sus dimensiones, el Jeep Compass es un vehículo cómodo de manejar en el tránsito urbano. Su motor resulta ágil y la caja automática responde sin sobresaltos.
En ruta, el mediano de Jeep admite la posibilidad de una conducción absolutamente “burguesa”, con la selectora de marchas en la posición Drive, o bien jugar con las levas al volante y seleccionar manualmente la marcha acorde a las condiciones del tráfico. Esta opción es recomendable para un sobrepaso o para alcanzar el menor régimen de giro del motor a la mayor velocidad en búsqueda de economizar combustible.
Precisamente, si hay un ítem en donde la acción combinada del 2.4 Tigershark y la transmisión AT9 sobresalen es en el consumo, lográndose valores sorprendentemente bajos para un vehículo de ese tamaño y peso (1714 kg). Probamos el Compass en un recorrido mixto (urbano-ruta-playa) de 1159,9 km, donde arrojó un consumo promedio de 8,9 l/100 km. En ruta, la computadora de abordo señalaba un consumo instantáneo 7 l/100 km a 100 km/h y de 8 l/100 km a 120 km/h.
Hicimos una prueba “artesanal” que arrojó resultados similares. Llenamos el tanque al partir de Necochea y volvimos a hacerlo al llegar a Dolores. Luego de recorrer 290 kilómetros por ruta, el consumo fue de 21,3 l, es decir 7,34 litros por kilómetro. Estos valores se lograron con la opción Drive y control de crucero activado.
A las cualidades de confortable, tecnológico, ágil y económico, sumamos la de divertido. El ADN de Jeep nos invita a probar el Compass en condiciones off road. Para hacerlo, elegimos las amplias playas de Necochea. El SUV de Jeep dispone de un sistema de tracción automático (Jeep Active Drive) combinable con la opción Selec-Terrain, que permite seleccionar cinco modos diferentes acorde a la superficie por donde se transite.
Sin pretensiones de tester ni mucho menos de gurú de la arena, bajamos a la playa en las mismas condiciones por las que transitamos en ciudad, es decir, sin reducir la presión de los neumáticos. Con la opción de tracción automática activada y la selectora en posición Drive, el Compass se desplazó por la arena blanda con agilidad, sin necesidad de pisar el acelerador a fondo ni bajar alocadamente. Levemente zigzagueante y sin perder tracción en ningún momento, el Jeep avanzó sereno hasta llegar seguro a la arena más dura. Para regresar, posicionamos la selectora en Sand (arena) y optamos por la transmisión manual. Peinamos apenas el acelerador y el Compass trepó sobre el colchón de arena con la más absoluta serenidad hasta llegar a “tierra firme”.
En calle, ruta y playa, la experiencia “Compass” resultó absolutamente placentera. Para quienes no resulte doloroso oblar los $3.250.500 de precio de lista y quieran divertirse sin consumir mucho y gozando de un elevado nivel de equipamiento y confort, el mediano de Jeep los resarcirá con creces.