Por Fernando Grieco, editor de Autos del Podio
Entrevistamos a Pablo Guggiari, autor del libro “Frenar para ganar”, que recapitula la historia de Discofren, la primera fábrica argentina de frenos a disco, y su irrupción en el Turismo Carretera.
Tal como lo explica la editorial Lenguaje claro Editora, a principios de la década de 1960 se creó en la ciudad de Buenos Aires una pequeña empresa de fabricación y colocación de frenos a disco. La tecnología era nueva en el país y, aunque se pensó inicialmente para su uso en autos de calle, pronto pilotos y preparadores de Turismo Carretera descubrieron que esos frenos mejoraban notablemente la performance en competencia.
Es por ello que nos contactamos con Pablo Guggiari, nieto de Luis María, fundador de la empresa de notable capacidad técnica y símbolo del emprendedurismo nacional, para que nos cuente un poco más de la obra.
Más allá del vínculo y la historia familiar de la empresa, ¿qué fue lo que te motivó a plasmarlo en un libro y qué fuiste descubriendo o redescubriendo durante el proceso?
Lo que más me sorprendió -y al mismo tiempo creo que también es la mejor definición de lo que significó Discofren para el automovilismo nacional- son los nombres de los pilotos equipados por aquella fábrica, basta decir Dante y Torcuato Emiliozzi, Jorge Cupeiro, Luis Di Palma, Santiago Saigós, Cesar Malnatti, Carlos Pairetti, Nasif Estéfano, Norberto Polinori, etc. son solo algunas de las figuras que confiaron un elemento tan sensible como los frenos de disco.
También pude descubrir, tal vez el mayor secreto, la calidad de los equipos. Fue un banco de pruebas donde, luego de horas y horas de trabajo, se llegó a desarrollar un producto superior a los importados.
Otro punto importante fue la incorporación a la sociedad de mi abuelo, Luis M. Guggiari, quien fue seleccionado por Froilán González. Recordemos que Froilán, había trabajado con ingenieros de Ferrari al más alto nivel, por lo que es un hecho no menor que, al conocer a mi abuelo, se haya maravillado con su trabajo y haya expresado a su otro socio, Juan José Reynal: “este tipo es un genio, un artesano, no existe nada que este tipo no pueda fabricar”.
Sin lugar a dudas, Luis María Gugliari fue un claro ejemplo de emprendedurismo en Argentina en, tal vez, la época dorada de nuestra industria automotriz. ¿De qué manera se fue gestando la empresa y cuál era la visión de la misma?
Si bien la empresa se pensó en un principio para equipar a vehículos de calle, su destino en el Turismo Carretera estaba en su ADN fundacional, dado que sus socios eran José Froilán González (ex piloto de fama mundial), Juan José Reynal (ex piloto también) y mi abuelo, quien trabajaba constantemente con los hermanos Gálvez y otros famosos pilotos.
Si bien la mayor cantidad de equipos se destinó finalmente a vehículos de calle, la relevancia y fama de la fábrica se debe al hecho de haber equipado a los más grandes pilotos del TC.
Luego de equipar al Chevitú con frenos a disco, mejorando notablemente su performance, llegaron muchos pilotos del TC con la intención de equipar a sus autos con aquellos equipos.
Con el tiempo, igualmente, volvieron a la idea original de los vehículos de calle, porque era realmente donde estaba el mayor volumen de ventas, pero en esta oportunidad se pensó en abastecer a las terminales automotrices, con un nuevo modelo, los Discofren Fase II, los cuales fueron aprobados por General Motors Argentina. Lamentablemente, no llegaron a fabricarse en forma masiva.
¿Cómo incursionaron en el automovilismo y porqué fue disruptivo como técnica el freno a disco?
El primer automóvil de competición en el país en utilizar frenos a disco fue el Chevitú.
Si bien para ese año Froilán González no estaba más en la sociedad Discofren, conocía al detalle el producto y decidió utilizarlo para su nuevo proyecto.
Cuentan que aquel día en el autódromo de Buenos Aires, el Chevitú entraba a las curvas frenando de una forma precisa y armónica, mientras que sus contrincantes entraban a las curvas bloqueando con los frenos a campana, también perdiendo eficiencia frenado a frenado por el “fading” que produce este sistema a campana.
El Chevitú, entraba y salía mejor en las curvas, logrando una gran diferencia en el circuito.
Esto, sin dudas, revolucionó a la categoría y fue un antes y un después.
¿Cuántos empleados supo tener y qué capacidad productiva tuvo?
Con respecto a los empleados, llegaron a ser unos 12. Su capacidad productiva real la desconozco pero puedo aportar que durante los 6 años aproximados de vida de la fábrica se fabricaron más de 700 equipos para autos de calle y se equiparon a más de 120 autos del Turismo Carretera.
La fabrica se ubicó en Palermo, zona Puente Pacífico, en un galpón de 450 m2 y contaba con cuatro tornos, una rectificadora universal, cinco agujereadoras, de banco, dos fresadoras, dos roscadoras, un balancín y una gran cantidad de dispositivos especiales y herramientas de mano junto con el banco de pruebas, donde se realizaron los ensayos de los equipos.
¿Ha tenido competidores directos y detractores?
Por la información que tengo, detractores no tuvo, pero sí, más adelante, competidores.
La principal empresa competidora fue una multinacional llamada Tem-Lucas, que luego pasó a llamarse Bendix en nuestro país.
¿Con qué tipo de libro se va a encontrar el público y qué es lo mas te interesaría que llegue al mismo desde la propuesta?
Van a encontrarse con un libro interesante y distinto a mi entender, donde hay una historia emocionante y, al mismo tiempo, cargada de documentación y datos técnicos relevantes con un prólogo de lujo escrito por Irma Emiliozzi. Se detalla la historia de Discofren desde sus inicios hasta su final, junto con la historia de los principales pilotos que pasaron por la fábrica. También, brevemente, cuento cómo pude reencontrarme con la olvidada historia de mi familia muchos años después, un capítulo interesante según los comentarios de los lectores.
“Frenar para ganar” ya se encuentra a la venta en las mejores librerías del país y también a través de Lenguaje claro Editora. Además, se lanzó en todo el mundo por Amazon Books.
Quienes quieran conocer más sobre la historia de Discofren, pueden seguir las novedades a través de la página de Facebook: https://www.facebook.com/Discofren