Por Carlos Pereyra (*)
El avance de la tecnología hizo que el equipo de aire acondicionado desapareciera de los techos de los buses.
El diseño y producción de carrocerías para buses no suele ostentar una depurada ingeniería automotriz, como frecuentemente vemos en autos, utilitarios, o camiones. Estos salen certificados de fábrica con celosos controles de rendimiento y performance. En el caso de los buses, el camino es otro: los chasis originales de fábrica se completan como colectivos o micros en la industria carrocera. En medio de estas dos industrias hay un vacío, por no decir un abismo, donde se pierde el rumbo. Existe un diseño exquisito para todo lo que no se ve y hace al rendimiento, marcha, y durabilidad. Esto se debe al trabajo de ingenieros, validaciones y certificaciones.
El vestir de los chasis por parte de los carroceros suele omitir calidades o pautas de diseño como ocurre, por ejemplo, en la climatización donde se afecta el ambiente a bordo y la calidad de vida, tanto del pasajero como del chofer. La correcta temperatura, renovación, y purificación del aire hacen a un ambiente apto para habitar. La calidad del aire es todo cuando transportamos pasajeros.
Los beneficios del equipo Split para ómnibus
Todo evoluciona y al clásico gálibo que siempre se observó sobre el techo de los buses, sinónimo de confort del aire acondicionado en su interior, desapareció, trayendo beneficios que podemos enumerar:
Desde el punto de vista de la seguridad, el hecho de no tener un lastre que supera los 300 kg sobre el techo mejora notoriamente la estabilidad, lo que redunda en una operación segura tanto en ciudad como en carretera.
No se practican orificios en el techo para la inyección y succión del aire, desde y hacia el evaporador que se encontraba por encima del techo, lo que evita ingresos de agua y polvo exterior.
Quitarlo del techo incrementa el rendimiento del equipo al no tener la generación del frío expuesta a la radiación solar.
No tener impactos por ramas u otros obstáculos que golpean lo que sobresale del plano del techo, permitiendo fácil acceso a entradas de garaje más bajas.
Una imagen armónica, tal como imaginó el diseñador del bus, se consigue con un perfil sin interrupciones, por lo que un techo plano contribuye a ese propósito.
El beneficio más importante es el incremento de la capacidad de refrigeración del equipo, al reducirse el recorrido del aire, lo que equivale a enfriar una cabina de pasajeros más pequeña. Esto se debe al empleo de cajas evaporadoras de bajo perfil, situadas entre el techo y el cielorraso del bus
Esta tecnología revolucionaria no está sola, sino que va acompañada de otro gran desarrollo de ingeniería: hablamos de fijar un compresor rotativo al block motor, con el mismo nivel y exigencia de la industria automotriz. Reduciendo notoriamente el incremento de consumo de combustible y el mantenimiento.
(*) El autor es columnista, especializado en transporte, de Motor1 Argentina