La edición 2021 de la muestra de modelismo, vehículos, figuras y dioramas, deslumbró con su magia en un club de barrio de La Paternal.
Texto y fotos de Carlos Alfredo Pereyra, editor de Motor1 Argentina
Un club de barrio, con miniestadio de basket y cancha de futbol de salón. Parquet y baldosas. Mesas en el buffet y ambiente familiar; generaciones integradas en un mismo ámbito, en el cual se respira aire casero. Qué mejor lugar para abrir cajas y cajones para soltar al aire recuerdos. Cada visitante hará su propia ruta, marcada por mojones y señales que tienen una sola decodificación, el algoritmo que te trae desde tu más temprana infancia hasta el día de hoy. Ese portal temporal lo puede abrir un encuentro como ExpoCAD; y en este final de 2021 volvió abrirse.
Llegamos apenas abrió, y ese galpón del Club Imperio con techo parabólico comenzó a asarnos (a freírnos) a fuego lento. Espacio para las fotos, para encuadres desde abajo (las maquetas y dioramas proveen ilusión si se los contempla a altura de observador) y avanzando solo unos pocos pasos comenzaron las preguntas, de un lado y otro del tablón sobre caballetes. -¿Por cuál medio sale? -Ah, ¡son de Motor1! Muchos ya estaban al tanto de las novedades y nos estaban esperando. La nota de la edición anterior tuvo su agradable repercusión.
Nomás entrar y te topabas con la foto de portada: Ford vs Ferrari, y una declaración de que la jornada va a ser muy fierrera; los petrolhead de parabienes. No es para menos, el año se lleva en su epílogo a Williams, antes a Reutemann; quienes fueron homenajeados por varios lados. El recuerdo permanente para Senna y Fangio, también para toda la fauna del TC y otras categorías del motor.
Buses, colectivos, camiones, y máquinas viales; otro mundo al que desde la sección Pesados siempre suscribimos. Más allá trenes, garajes en miniatura, ruedas, llantas y otro tipo de miniaturas. Hablando de miniaturas, destacó el stand de Diego Beyer, con sus extraordinarias figuras humanas de mecánicos, herramientas, trofeos, Fangio, Ferrari y una sucesión de Loles en una emotiva escalera que revivía una muy vista foto del piloto raramente sonriente.
Una realidad paralela y en miniatura
Los stands más concurridos son aquellos que están dispuestos con todo tipo de mercadería para comprar, trocar, (e incluso venderles). Operaciones sorprendentes, por los valores que se manejan. Coleccionistas ávidos en esta mini-Autoclásica.
Adrián Nayar (Nash) y Sergio Hellion tenían sus stands muy próximos, y como además sus temáticas son complementarias (conurbanos apocalípticos, presentes y distópicos) este cronista solo dio el leve empujón necesario para que se conozcan y vinculen. El futuro solo puede traer más y mejores obras con estos monstruos.
Mucha remera temática, logos del Dakar agrandados por panzas criadas en pandemia, calvas y canas con nenes de la mano, controlados para que no se abalancen y toquen los preciados autitos. Te podés pasar horas observando y fotografiando estos fenómenos. Afuera se había secado la mañana lluviosa dando paso a una tarde hermosa (había que rajar a ver la Fórmula Uno en Arabia). Adentro la caldera no había hecho más que alcanzar su punto termodinámico óptimo, desbordando sudor, vapor, energía; y éxtasis.