Texto: Gustavo Feder
Fotos: Roberto Landler/Gustavo Feder
La segunda edición de la muestra “De Autos y Héroes” evocó, a través del arte, uno de los episodios más trascendentes de la historia del automovilismo argentino y del Torino en particular.
Pasó más de medio siglo, pero la gesta de los Torino en Nürburgring sigue despertando la misma pasión y adrenalina que en aquellos históricos tres días de agosto de 1969. Perdón, me corrijo, genera mucho más pasión que entonces. El paso del tiempo agiganta la epopeya y multiplica la dimensión de lo sucedido.
Al recuerdo permanente de periodistas, historiadores, clubes y propietarios, se suma ahora el homenaje que desde al arte se le rinde al auto argentino y, en especial, a su trayectoria deportiva.
El 21 de agosto pasado la Asociación Civil Amigos del Paseo Fangio, con el apoyo de la ciudad de Buenos Aires y la colaboración de los artistas agrupados en Fuel-Art y el Club Amigos del Torino organizaron la segunda edición de la muestra “De Autos y Héroes” en el Paseo Fangio de Palermo. Esta vez, la temática excluyente fueron los 52 años de la Misión Argentina.
La exposición logró reunir a las tres míticas cupés blancas que fueron dispuestas en el centro del predio. A su alrededor, los stands lucían las obras de los artistas que las retrataron dando batalla en el famoso y peligroso circuito de las 170 curvas.
Complementando la propuesta artística, en otros puestos podían apreciarse y adquirirse libros de temática torinera, automovilismo nacional y de industria automotriz argentina.
Las míticas cupés y los Torino de calle
Pero los históricos protagonistas no estuvieron solos. Junto a ellos compartieron escenario algunos ejemplares del modelo que compitieron en el automovilismo argentino de fines de los 60 y comienzos de los 70 como la Liebre III de Evaristo Aranzana y una réplica de la Liebre I de 1967. También se lucieron dos fuera de serie derivados del Torino como una Tulia construida por Crespi sobre un 380 de 1967 y un sofisticado Lutteral SST de 1977. La muestra incluyó también recreaciones de la vestimenta que usó el equipo argentino en Alemania.
Para destacar, el stand montado por el Club Amigos del Torino con una prolija línea de tiempo integrada por siete unidades en inmejorable estado de conservación, con versiones de dos puertas de todas las generaciones (desde la 380W a la ZX) y un sedán cuatro puertas «S» de 1971.
Entre los asistentes se destacó la presencia de familiares directos de los protagonistas de la Misión Argentina y de Heriberto Pronello, quien recibió un reconocimiento por parte de la organización y de los asistentes.
La propuesta tuvo una excelente convocatoria. El público colmó el Paseo Fangio haciendo difícil apreciar tanto la obra de los artistas como los autos, pero poniendo en evidencia el interés por la muestra y la necesidad del encuentro después de tanto tiempo de reservas y cuidados.
Los Torino de Nürburgring están más vigentes que nunca. Los artistas lo saben, el público lo reconoce y nosotros lo disfrutamos. ¡Misión cumplida!