La Alaskan es la primera pick up de una tonelada en la historia de Renault. Fabricada en Santa Isabel, llegó para disputar un protagónico espacio en el país de las camionetas medianas.
Posiblemente, la pick up Alaskan haya sido el modelo Renault más anunciado en las seis décadas de presencia industrial de la automotriz francesa en el país. Todo comenzó en Medellín, Colombia, en junio de 2016, cuando se develó la primera pick up de una tonelada en la historia de la marca del rombo. Por entonces, la Alaskan se producía exclusivamente en Cuernavaca, México, pero se anunciaba que también la fabricarían las plantas de Barcelona, España, y Córdoba, Argentina.
El proceso que culminó con su producción en Santa Isabel fue largo y sinuoso, alimentado con una buena dosis de incertidumbre que incluyó cancelaciones, retrasos y confirmaciones. La gestación del inédito utilitario formó parte de un acuerdo de cooperación estratégica entre Daimler y la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi para desarrollar tres pick ups con la misma plataforma pero diferenciadas por su estilo y equipamiento: Nissan Frontier, Mercedes-Benz Clase X y Renault Alaskan.
El primer paso se materializó a fines de julio 2018, cuando se inició en Córdoba la producción de la Nissan Frontier. El cronograma preveía la entrada en producción de la Clase X para el año siguiente. Sin embargo, en abril de 2019 Mercedes-Benz anunció la cancelación del proyecto, decisión que arrojó sombras sobre la continuidad del plan. La incertidumbre se extendió por más de un año hasta que, finalmente, en mayo de 2020, fue el propio presidente de Renault Argentina, Pablo Sibilla, quien despejó todas las dudas y confirmó la fabricación de la Alaskan en el país.
La producción de la Alaskan en Argentina se inscribe dentro de una larga tradición de la marca que se inició con las recordadas “renoletas” (Renault 4 furgón), continuó con el Trafic -que revolucionó el mercado argentino de los 80- y se afirmó en los años recientes con el Kangoo que ya lleva dos generaciones (ver nota). De esta manera, la Alaskan se convirtió en el modelo 34 de la historia de la fábrica Santa Isabel y en el 19 de la marca del rombo.
Identidad propia
La Alaskan fue presentada como show truck de concepto en Paris, en septiembre de 2015. Su denominación deriva de la palabra aleutiana “Alaska” que significa “gran tierra”. En un desarrollo conjunto con otros fabricantes el gran desafío para los diseñadores es dotar a cada vehículo de una personalidad que lo distinga del producto de las otras marcas.
Para lograr que la Alaskan se identifique como Renault, el equipo de diseñadores liderados por Laurens van den Acker puso el foco en el frontal. Se trabajó en una parrilla de grandes dimensiones donde el icónico rombo tuviera un destacado protagonismo, quebrando el borde superior de la grilla y recortando el remate del capó. Los faros fueron dotados de luces LED diurnas envolventes en formato C (en la versión más equipada) y el paragolpes adquirió un aspecto robusto con el alojamiento de los faros antiniebla integrados y la placa protectora inferior.
El lateral es la vista donde más cuesta diferenciar un modelo de otro. Las llantas y la placa en el guardabarros delantero que identifica la potencia del motor, y aloja la luz de giro, fueron los recursos aplicados en la Alaskan. Por último, en la cola fue rediseñada la tapa de acceso a la caja y también el interior de los faros. Estos detalles y las correspondientes insignias cromadas que identifican a la marca y al modelo la diferencian.
Probada por Autos & Clubes
La Renault Alaskan se produce exclusivamente con carrocería de cabina doble y cuatro puertas, una configuración que permite adaptar al vehículo tanto para el uso familiar y recreativo como para el trabajo. La capacidad de carga, según la versión, oscila entre 982 y 1115 kilos. La carrocería se monta sobre un chasis escalonado de acero doble C reforzado, con 8 vigas transversales. Una de las innovaciones de la Alaskan (compartida con la Nissan Frontier) es el diseño de la suspensión trasera de tipo multilink con amortiguadores telescópicos, resortes helicoidales, brazos de arrastre y barra estabilizadora.
La pick up de Renault se comercializa en el país en cuatro versiones: Confort, Emotion, Intens e Iconic. Autos&Clubes tuvo la posibilidad de probar la Iconic AT, la más equipada y lujosa de toda la línea. Esta variante incluye ítems de seguridad como airbags delanteros laterales y de cortina y elementos de confort y tecnología como el techo solar con apertura eléctrica, sistema multimedia con pantalla táctil de 8”, llave de acceso inteligente y cámara con visión 360º.
La Alaskan Iconic AT está impulsada por el motor 2.3 16v M9T Bi-turbo de 190 cv, diésel y de 2300 cc. La motorización está acoplada a una transmisión automática de 7 velocidades con selector de cambios manual (AT). Esta versión incluye de serie tracción 4×4.
En el exterior, se distingue por detalles como los proyectores LED en forma de C, barras de San Antonio cromadas, capota marítima, placa protectora frontal cromada, faros antiniebla con moldura cromada y barras de techo satinadas.
La Iconic monta llantas de aleación de 18 pulgadas lo que eleva su despeje a 255 mm (26 mm más que el resto de las versiones) y hace un poco más dificultoso el acceso al habitáculo. En su interior, percibimos inmediatamente un entorno de vehículo de alta gama. Los asientos, consola central y apoyabrazos revestidos en cuero brindan calidad y calidez y se combinan con detalles de distinción satinados y cromados en el panel de instrumentos, volante, consola y paneles de puerta.
Sentados en la butaca del conductor, la posición de manejo ideal se encuentra fácilmente mediante controles de accionamiento eléctrico que permiten ajustar la distancia, altura, inclinación y el apoyo lumbar. Esta acción se combina con la regulación en altura del volante.
Un detalle exclusivo son los asientos calefaccionados del conductor y el acompañante que en pocos minutos brindan el necesario confort térmico.
Con un ancho máximo de 1450 mm y una altura libre de 110 mm, el habitáculo es espacioso y garantiza confort para cinco pasajeros. Los objetos personales pueden ser distribuidos en los paneles de puertas y múltiples portavasos (incluidos dos extraíbles en los extremos del panel) permiten aprovechar el espacio interior.
El instrumental es de diseño analógico e incluye un display central donde pueden visualizarse tanto información del vehículo, como de las funciones multimedia y del dispositivo móvil. El volante inteligente permite activar la velocidad crucero y conmutar funciones del equipo de audio y de telefonía. El encendido es por botón.
El uso urbano la Alaskan requiere de unas cuadras para acostumbrarse a sus dimensiones y altura. Desde la posición de manejo se ve el capó hasta su extremo lo que transmite cierta sensación de control y seguridad. Por otra parte, los anchos parantes delanteros garantizan la robustez estructural de la carrocería pero generan puntos ciegos que pueden invisibilizar a un peatón o ciclista al doblar en una calle o avenida.
Buenos Aires-Mar del Plata con medio tanque
Con la selectora puesta en Drive, solo es necesario “peinar” el acelerador para que el vehículo responda con agilidad gracias a un motor que entrega su torque máximo de 450 Nm entre 1500 y 2500 rpm. Si se busca un andar más deportivo o se requiere superar una cuenta pronunciada o circular en caminos con superficies irregulares, puede seleccionarse la posición Manual de siete relaciones.
Salimos a la ruta y nos tocó uno de los días más ventosos del año. A 120 km/h, y con fuertes ráfagas laterales, el comportamiento resultó absolutamente estable sin que afectara su marcha. Al mismo tiempo, el buen trabajo de insonorización filtró todo tipo de ruidos en el habitáculo.
En la posición Drive, el escalonamiento de las marchas optimiza el régimen del motor. A 120 km/h el tacómetro acusa 2200 rpm, mientras que a 80 km se “plancha” en 1500 rpm. Para crucerear nos resultó óptimo hacerlo a 110 km/h. A esa velocidad el motor gira a poco menos de 2000 rpm. En el viaje de regreso probamos los consumos. A 120 km/h recorrimos 10,2 km con un litro, mientras que a 110 km/h arrojó 12,1 km por litro. Por su parte, el consumo urbano promedió los 8,6 km/l. Llenamos el tanque (80 litros) en la rotonda de Mar del Plata y llegamos a Buenos Aires con la aguja señalando exactamente la mitad.
Una batalla difícil
La Alaskan se hizo desear pero llegó. Tiene el desafío de hacerse un lugar protagónico en un aguerrido segmento donde compiten desde hace décadas experimentados jugadores de la talla de la Ford Ranger, Toyota Hilux, Volkswagen Amarok, Chevrolet S10 y su prima hermana, la Nissan Frontier. Sus principales argumentos son un diseño atractivo y contemporáneo, fortaleza estructural, completo equipamiento y buenas prestaciones.
No la tiene fácil, pero tiene con qué.
Fotos: Freddy Pereyra/Gabriela Perugini